11 de diciembre de 2017
La queja más común en el mundo de las organizaciones es: “no tengo el tiempo que quisiera para mi familia”. Pero si todos queremos ese balance, ¿por qué no lo logramos?
Uno de los problemas es que todos tenemos creencias inconscientes, supuestos que asumimos ciertos que contradicen el balance. La creencia más común es “si no trabajo 24/7 no me considerarán un buen ejecutivo”. Estamos comprometidos con el balance, pero también estamos comprometidos con mostrar a nuestros superiores que somos valiosos.
Pero, ¿realmente nuestros jefes pensarán que no somos valiosos si empezamos a darle más balance a nuestra vida? Es un supuesto que hay que explorar. Es posible que el supuesto sea real, que el jefe espere una dedicación 24/7, pero también puede ser un supuesto que no tenga sustento en la realidad. Sugiero hacer experimentos para probar con cautela el supuesto. Por ejemplo, empezar a salir algunos días a nuestra hora de salida y ver qué pasa, o conversar con nuestro jefe sobre el tema del balance y entender su punto de vista. Lo triste sería que nosotros estemos desbalanceados por tener una creencia equivocada.
Wlliam Ray decía: “Tú puedes lograr lo que quieras, pero no todo lo que quieras”. Otra creencia que tenemos es que “si decimos que no a un nuevo proyecto, nuestro jefe considerará que no estamos comprometidos”. Nuevamente, es una creencia que habría que probar si es real. Decir que no de forma inteligente es una habilidad para lograr el balance. La forma de hacerlo es diciendo que sí, pero luego analizando todos los proyectos pendientes que tenemos y preguntándole a nuestro jefe cuál quiere priorizar. Como decía un filósofo, “no deje que la vida se le pase mientras está haciendo otras cosas”.
*El invitado de hoy es gerente general de Effectus Fischman Consultores. Léalo dentro de seis semanas.
Opinión publicada en el suplemento Día 1 de nuestro diario El Comercio.
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