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17 de julio de 2017

José Manuel Jurado, director general de Havas Media Group, llegó a Perú para dedicarse a un proyecto social. Pero tiempo después volvió a su pasión: la publicidad. Considera clave tener una mesa abierta con sus colaboradores.

Dejó España para viajar varios kilómetros y aterrizar en Cusco, donde se unió a una ONG que desarrollaba un proyecto de fortalecimiento y capacitación en turismo rural. Luego de seis meses, y por casualidades de la vida –como él mismo define–, José Manuel Jurado, hoy director general de Havas Media Group, retomó la carrera de la que se apartó al salir de su país natal: la publicidad.

¿Cómo fue el proceso de adaptación al Perú?
Estuvo bien. Me adapté rápido. No echo de menos lo que tenía y siempre saco máximo provecho de lo que hay. Lógicamente, no olvido mi origen

¿Cómo le pareció la transición de un proyecto social a la publicidad?
Muy duro. No sé si fue más duro dejar la publicidad para dedicarme al mundo social, pero este último era un ámbito que me gustaba un montón.

¿Le costó tomar la decisión?
Fue más una decisión rara el dejar 14 años de profesión para hacer algo distinto, pero tenía las ganas y la edad para realizarlo. Entonces valió la pena arriesgarse… Sí. Creo que esta vida está hecha para salir de tu zona de confort. Quizá me pasé, me salí demasiado, pero bueno, me salí (ríe). Todo bien.

¿Qué le dejó toda esa experiencia?
Terminar trabajando lejos de mi casa, haciendo una familia, siendo feliz en lo personal y conociendo el éxito profesional al hacer lo que toda mi vida he hecho.

Y ahora, ¿cuál es el siguiente paso?
Busco predicar con el ejemplo, es decir, no trabajar por trabajar. Creo que tienes que sentir pasión por lo que haces, sino no va a ser sostenible. Es lo que les digo a los chicos: “tienes que vivirlo, es la pasión y la actitud”. Es vital trabajar para vivir y cumplir tus sueños, no vivir para trabajar.

¿Cómo comienza su día?
Es un poco loco. Inicio llevando a mi hija al colegio, luego, mientras estoy camino a la oficina, aprovecho ese tiempo para organizar la agenda. Y ya, con el día más o menos estructurado, intento cumplir todo lo que tengo que hacer a rajatabla.

En cuanto a sus colaboradores, ¿busca que se sientan a gusto?
Sí, y la única manera de lograrlo es intentando que cumplan un horario en el que se obliguen a tener tiempo para ellos.

¿A qué se refiere?
Que no se queden más tiempo del que deben. Claro está, siempre aprovechando las horas y dejando el trabajo en orden.

¿Siempre busca hacer énfasis en ese aspecto?
Hago hincapié porque no quiero que le pase a nadie lo que yo he vivido durante tantos años. Considero que la conciliación familiar y personal es vital para que una empresa se desarrolle.

¿Cuál es su dinámica para interactuar con su equipo?
Intento ser cercano. Quiero ser bien horizontal porque no soy amigo de las jerarquías. Sin embargo, siempre se tendrá un sistema operativo-jerárquico para definir tareas, pero mi mesa es una mesa abierta para todos.

Entonces, ¿sí se considera un jefe de puertas abiertas?
Creo que eso se lo tendrías que preguntar a ellos (ríe).

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Soy un loco del deporte. Hago trail running, que es carrera de montaña, y últimamente he hecho triatlón. Siempre intento hacer deporte, pero a veces creo que se me va la mano al dedicarle mucho tiempo.

¿A qué se refiere?
Que, si lo hago, lo hago bien, no al punto de obsesionarme, pero sí busco retarme.

¿Y ahora se prepara para alguna competencia?
No. Por ahora me dedico a colaborar con Perú Runners, donde soy coach de las sedes de Perú Trail Runners. Además, con un grupo de amigos fundamos una ONG, llamada “Yo soy sus ojos”, que da ayuda a discapacitados visuales a correr.

Fuente: Gestión